lunes, 13 de julio de 2009

estos egos

Reveo tus ojos en amor y en pavor
la belleza convulsa,
las letras y el poema que revelan
el misterio, el asombro.
Estabas entre mis ojos y el mundo.
Precioso, cristal de ver y de sentir.
El antes, calor y color, y el después...,
el hueco frio, el nido roto del alma
Los anhelos fueron puestos
en el vano umbral del encanto:
tus virtudes postergadas, mis pasiones refrenadas.
...y lo que fuimos
liberados en las habitaciones,
sueltos en el campo,
atrapados en la calle,
no alcanzó para hacer uno de tanto "tanto"
Presa de la imagen que armabas de mi para dar pena,
atada a tus verdades de lo que debe ser.
Herido por los cuchillos de mis antojos
y negado por las frivolidades y el miedo.
Y, tambien,
y, a pesar de eso,
toda la maravilla de conocernos en el otro.
y lo que ya no es
ni será
ni podrá volver a asomarse,
a palpitar como recreo
del vivir bajo la sombra de las muertes.
No te puedo pedir más de lo que puedas dar.
Nuestras miserias nos dejaron a la deriva
más tristes, mas viejos y, talvez, mas sabios.
Este adiós es el que empezó ese viernes.
Cuando nos disfrazamos de imbéciles enamorados
cuando creímos que el resto no importaba
y que el sol se ponía en el horizonte de la cama.

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